– El tiempo no ha colaborado, para nada, con la marcha de la Serie B del Campeonato Sudamericano de la categoría sub 15.
– O el calor o la lluvia han perjudicado notoriamente aunque, justo es reconocerlo, de todas maneras al aficionado no le agrada demasiado las competencias de las categorías formativas.
– Hay una serie de hechos que se destacan entre las delegaciones y como siempre, uno recuerda a los más complicados o a los más complacientes, nunca a los medios.
– Por ejemplo, en Bolivia, el “Diablo” Etcheverry es un técnico de muy pocas palabras pero hay un ayudante que grita y camina durante todo el partido.
– El banco de Brasil tiene un engranaje perfecto, cada uno con una computadora anota lo que se ha planificado y al término del primer tiempo todo el material es entregado a un analista que prepara, en pocos segundos, un informe del director técnico.
– Seriedad total en el banco de Colombia donde cada uno cumple una función pero el que lleva la voz cantante y el único que habla es el director técnico.
– Algo similar ocurre en el banco de Paraguay mientras que Perú parecería que tiene a dos orientadores porque hay dos voces que permanentemente salen desde el banco de suplentes.
– Es impresionante el trabajo que tienen los cuartos árbitros yendo y viniendo de un lugar a otro tratando de calmar a todos y que nadie se exceda.
– Muy buena la tarea que vienen cumpliendo los chicos de Pibe Soy como alcanza pelotas.
– En realidad hay que destacar la rapidez y eficiencia de estos chicos en su tarea.
– No así con el sonido en el Estadio donde ya han existido muchos errores, algunos de ellos que, con el tiempo serán una simple anécdota.
– En la disputa de la primera fecha y cuando ingresaban los equipos a la cancha, en lugar de la marcha de la Confederación, desde los altoparlantes se escuchaba una cumbia.
– Luego omitieron los himnos hasta que los jugadores se cansaron de esperar y comenzaron el saludo a los rivales.
– En la segunda fecha, al himno de Colombia le cortaron algunos segundos pero los jugadores igualmente continuaron cantando “a capela”.
