Cuando se juega por amor a la camiseta, es difícil que se pueda perder un partido

(Por Freddy Silva) Para quienes somos de una época de oro del fútbol riverense y pasamos por otras donde no se ganaba un partido siquiera de local, cuando los jugadores estaban mucho más preocupados por la cantidad de entradas vendidas, cuando los jugadores, en lugar de estar en el vestuario concentrados para el partido, estaban en el portón vendiendo entradas y compitiendo con la boletería de la Liga, encontrar ahora, ya en el ocaso de nuestra tarea periodística, a muchachos jóvenes, algunos muy jóvenes que sudan, que transpiran la camiseta y que se juegan por ella, nos llena de orgullo.
Se podrá decir que hay jugadores que no están rindiendo de acuerdo a sus antecedentes, que a veces erran una pelota y que en alguna oportunidad propician un ataque del rival. Podrá decirse que hay fallas técnicos o tácticas, que a veces se apresuran en el pase o se demoran en hacerlo, pero lo que nunca se podrá decir es que estos gurises celestes no dejaron todo en el terreno de juego para brindarnos una alegría y que podamos salir del estadio con la enorme alegría de haber logrado otra victoria como local. Porque estos gurises están invictos como local, habiendo obtenido los nueve puntos disputados en nuestro “Atilio Paiva Olivera”.
Pero hay más, hay mucho más que decir que se trata de una simple victoria lograda ante un equipo que venía vapuleado por Tacuarembó pero que venía con sed de revancha. Para los nuestros también era una revancha, porque este mismo equipo nos había ganado en la última fecha que jugamos, en una pelota que llega al área cuando ya pasaban cuatro minutos de la hora reglamentaria.
Por todo eso, por el esfuerzo y la dedicación en los entrenamientos, por la entrega en cada uno de los ejercicios y trabajos propuestos, hay que llegar a casa, después del partido, con la boca de oreja a oreja, pletóricos de alegría porque esta camiseta celeste está muy bien representada por cada uno de los 25 jugadores y el cuerpo técnico que son los hacedores de este buen momento.
Lo que viene, vendrá; lo que pase en el futuro cercano será otro tema. Hoy escribimos sobre lo que vimos en estos tres partidos jugados como local, pero también podemos agregar lo que rindieron estos mismos jugadores en el partido ante Tacuarembó en el “Goyenola” y ante los sanduceros en el “Parque Artigas”.
Hoy renace la esperanza; la de ver a un equipo celeste como los de antes, como la peleaba cada uno de los jugadores de la década del ‘60 y ‘70, y a mediados del ’80, cuando alcanzamos el máximo nivel de excelencia en cuanto a títulos logrados. Nadie puede asegurar un nuevo título, pero estos mismos son los que el año pasado nos hicieron perder la voz de tanto gritar “¡Rivera que no ni no!”
Sacan fuerzas de donde sea, la buscan en algún recóndito lugar de su cuerpo para volcarlo en beneficio directo del grupo, porque si hay algo que debemos resaltar es el espíritu grupal que tiene este equipo celeste, un equipo que entra dispuesto a ganar. Y cuando un equipo se entrega de esta manera, cuando se juega por amor a la camiseta que visten, es difícil que se pueda perder un partido porque en la cancha quedará hasta la última gota de sudor o, como pasó el sábado, jugadores que se tiraron delante de una pelota que iba con trayecto de gol a nuestro arco, o cuando se pierde una pelota se traba con la cabeza para impedir que el rival saque provecho de la situación.
Rivera ganó el partido que no podía perder; era una buena diferencia, eran dos seguros y pudo haber sido por algún gol más de diferencia, pero en los instantes finales del partido surgió el penal esperado para los sanduceros y se acortó la distancia. Poco o nada importa. Lo que importa es que seguimos de pie y dando lucha en una serie donde no solo es muy pareja, sino que es altamente competitiva.
Vamos gurises. El público los apoyó como hace tiempo no veía y no hablo de cantidad, porque aún se esperan muchos más; me refiero al entusiasmo de la gente en la tribuna, porque desde allí se siente que estos jugadores celestes están en la buena onda de una comunión perfecta con su hinchada.

LOS DETALLES

RIVERA 2 PAYSANDÚ 1
Cancha: Estadio “Atilio Paiva Olivera”. Hora de comienzo: 22:00. Jueces: Carlos Eduardo Paz, Alvanio Machado Brittes y Never Fabián dos Canto (terna de Artigas).
RIVERA: David Freitas, Andrés Alejandro Suárez, Rodrigo Silva, Maximiliano Machado, Álvaro Amado, Ramiro Ocaño, Fabricio Ferreira, Carlos Lima, Roberto Quinteros, Dalton Bueno y Natanael Tabárez.
Cambios: Kevin Zabaleta por Carlos Lima; Miqueas Silva por Ramiro Ocaño; Brahian García por Dalton Bueno; Carlos F. Machado por Roberto Quinteros; Luis E. García por Natanael Tabárez.
Goles: Dalton Leonardo Bueno a los 6’ del primer tiempo, y Kevin Zabaleta a los 39’ del segundo tiempo.
PAYSANDÚ: Víctor Brun, Brandon Logiuratto, Daniel Vique, Leonardo Gómez, Guillermo Andrada, Anderson Coelho, Bryan Agüero, Juan Gabriel Silvera, Brian Sabaño, Andrés Guiyama Y Maximiliano Perg.
Cambios: Juan Andreoli por Anderson Coelho; Christian Núñez por Leonardo Gómez; Matías Vidiella por Braian Sabaño; Alex Mascaranhas por Maximiliano Perg; Diego Andrada por Braian Sabaño.
Gol: Matías Vidiella, de penal, a los 43’ del segundo tiempo.
Observaciones: A los 19’ del segundo tiempo fue expulsado Daniel Vique.

TABLA DE POSICIONES

Regional Norte-Litoral de la Copa Nacional de Selecciones, categoría mayores
Equipo PJ PG PE PP GF GC SG Pts.
Tacuarembó 5 4 0 1 10 3 7 12
Rivera 5 3 0 2 6 4 2 9
Salto 4 2 1 1 5 4 1 7
Paysandú 5 1 2 2 5 9 -4 5
Artigas 5 0 1 4 3 9 -6 1
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