Basta asistir a las reuniones que mantienen los lunes los delegados de clubes y la de Presidentes, que se han realizado hasta el momento, para advertir claras y notorias contradicciones en las determinaciones que adoptan.
Existe la clara sensación que no hay diálogo en relación a los temas que se tratan y mucho menos decisiones corporativas.
La diferencia, y por increíble que parezca, es que las decisiones las adoptan los delegados que se reúnen en un cuerpo que está reglamentariamente apto para hacerlo.
Los Presidentes, al advertir que sus decisiones carecen de validez, se habían comprometido a asistir a las reuniones de la Coordinadora con la finalidad de poder legislar y aprobar con sustento reglamentario.
No fue así, apenas concurrió el Presidente de Frontera Rivera Chico y el Secretario de Huracán, que también es miembro nato del cuerpo.
Obviamente también estaba el Presidente de Lavalleja pero en este caso no llama la atención por cuanto Julio Puentes es quien actúa todos los lunes en las sesiones de la Coordinadora.
Allí se pudieron advertir una serie de contradicciones entre lo que se aprobó y lo que habían decidido los Presidentes en su última sesión.
Y ahora se perdió todo contacto pues los Presidentes habían acordado, en principio, reunirse todos los martes, luego decidieron modificar esa determinación y concurrir a las sesiones de la Coordinadora, no fueron y ahora ya no se habla de las reuniones de Presidentes y las decisiones seguirán en manos de los delegados.
Por otra parte ya nadie habla de la realización de una Asamblea antes del inicio del Campeonato de Primera División y cada vez hay menos tiempo y los temas a tratar, muchos de ellos de vital importancia, siguen aguardando decisión.
Hay buenos planteamientos que no han sido tratados y mucho menos aprobados.
La creación de la B, la actuación de extranjeros en el Campeonato, la integración con el fútbol del interior, la sanción a las ausencia de jugadores citados a las selecciones, el régimen económico… y muchos más, hasta hubo quienes habían planteado la posibilidad de modificar la forma de disputa ya aprobada.
