Había enorme expectativa por la designación realizada por el Colegio de Árbitros para las dos finales disputadas el pasado domingo.
Por un lado Wilmar López para el partido Oriental ante Huracán y Ciro Ronaldo Camargo para sarandí Universitario ante Peñarol.
Comencemos por el último.
Ciro Camargo no tuvo errores y sacó las tarjetas amarillas necesarias para poner fin a situaciones que pudieron generarse por exceso de fuerza en una jugada.
Sin problemas en los goles y no fue responsable de ninguna situación en el campo de juego.
Wilmar López llevaba adelante un partido sin error alguno, casi excelente, correctísimo en las tarjetas amarillas, muy bien asistido desde los laterales a pesar de algunos reclamos que bajaron desde la tribuna pero tuvo un solo error que en principio fue leve y se transformó en gol.
La falta sancionada a favor de Huracán a los 39 minutos del segundo tiempo del partido, no existió.
Pablo Núñez le ganó la posesión de la pelota a Jorge Gómez que se cayó extenuado, no hubo contacto alguno y López sancionó la falta.
No hubiera pasado absolutamente nada porque esa jugada se dio en la zona media del terreno, de no mediar la consecuencia que tuvo esa jugada porque del centro de Marcelo Melho llegó el cabezazo de Santiago Saravia que se transformó en el gol del empate.
Hasta ahí, y de haber ganado Huracán, pudo haber sido influyente en el resultado final, pero luego el propio Oriental se encargó de hacer olvidar esa situación y hasta podemos sostener que tuvo una muy buena actuación.
