Por que Salto tuvo una entrega y un corazón durante todo el partido, durante todo el alargue y en los mismísimos penales.
Por que Salto tuvo su cuota parte de fútbol, con Marcelo Menoni y Félix Machado como emblemas en este último juego definitorio sumado lógicamente al gran aporte de cada uno del resto de sus compañeros que mostraron ser dignos de gloria.
El partido tuvo todos los condimentos de una gran final desde el arribo a la ciudad trinitaria, pasando por el ritmo del partido y hasta los desmanes ocurridos a cada momento originados por gente del cuerpo técnico y jugadores del equipo que salió segundo.
El primer tiempo fue de trámite parejo en líneas generales, aunque San José tuvo más la pelota fue Salto el que pudo profundizar en su juego en un par de oportunidades concretas sobre la valla del golero Moreno. A los 4′ Palacios sacó un potente remate que se perdió apenas afuera sobre el palo derecho maragato. Salto tenía en Menoni y Foliatti la salida rápida en el medio campo para tratar de abastecer a Sagradini y a Palacios en ofensiva, ese circuito por momentos funcionaba en el elenco naranjero. Del otro lado los maragatos tenían la pelota y tocaban muy bien por intermedio de Federico Bauza, Mathías Pérez y su goleador Gastón Pacheco.
Pero a los dirigidos por Gasso le faltaba profundidad. El trabajo de la defensa salteña fue admirable, la entrega de los cuatro del fondo a lo largo de todo el partido y el alargue fue destacable pese al error en las marcas en el segundo gol del rival.
Por lejos el mejor de la última línea y del partido junto a Menoni fue Félix Machado, bancó todo en el fondo. A los 31′ llegó la primera emoción del partido, la jugada que se generó por derecha en la ofensiva salteña termina en gol convertido por Ángelo Sagradini.
San José siguió insistiendo con su juego en corto y por los laterales hasta que a los 44′ Martín Hornes sacó un remate o más bien centro que se desvió en el camino y desacomodó al golero Mussé.
Era el empate, así finalizó el primer capítulo de esta tercera final del Nacional.
En la etapa complementaria, la iniciativa la tuvo el equipo maragato, que con el ingreso de Enzo Colla y de Emiliano Sarazola le dieron mayor generación de fútbol y llegada sobre la última línea naranjera.
Fue en ese momento donde empezaron a gravitar Machado y Flores despejando todos los envíos aéreos, donde Mussé tapó un par de disparos de serio peligro para la valla salteña.
Salto por momentos se refugió en su campo y le cedió la iniciativa al rival que se veía un poco más entero en lo físico. Ya sin Sagradini (lesionado) y Palacios en cancha, con los Cabrera (José y Nicolás) tratando de generar alguna situación de peligro, Salto terminó dejando todo en los noventa reglamentarios.
EL ALARGUE: ENTRE GOLES Y AGRESIONES
Llegó el momento de ir a un tiempo suplementario de 30′ divididos en dos de 15′ cada uno, en el alargue créame pasó de todo.
Desde los goles hasta las agresiones físicas propinadas por un robusto integrante del cuerpo técnico de San José que cobardemente le propinó un golpe de puño al ayudante de campo salteño Hernández cuando este se retiraba del campo de juego.
Pero volviendo al fútbol, a los 5′ del segundo chico del alargue lo desparraman a Foliatti en el área maragata y correctamente el discreto árbitro Pígola marca la pena máxima a favor de Salto.
Dos minutos más tarde con gran categoría, Marcelo Menoni hace que la pelota se bese con la red en lo más profundo del arco maragato, era la locura para todos los salteños que aunque en inferioridad numérica ante la gente de San José, alentó en todo momento.
Pero los dirigidos por Gasso no bajaron los brazos y en la última pelota del partido cuando ya habían transcurridos cuatro adicionales llegó Bruno Sellanes para estampar la igualdad con un certero frentazo que dejó sin reacción al golero Mussé.
LOS PENALES: LA CONSAGRACIÓN DE MUSSÉ
Se llegó a la definición por intermedio de los penales luego de 300 minutos de fútbol, allí Salto inclinó la balanza a su favor gracias a una gran actuación de Alejandro Mussé que tapó dos penales.
Al final Ramiro Chua tuvo en sus pies la consagración salteña y con una gran entereza el chico de Salto Nuevo hizo llenar la boca a todos los salteños con una sola palabra: campeón.