Comenzó la Liguilla del Campeonato Juvenil de la sub 18 y la victoria de Cuñapirú ante Sarandí Universitario si bien puede sorprender, no debe llamar la atención por lo que demostraron en la cancha.
La vieja norma que establece que el equipo campeón de la primera fase baja su producción en la Liguilla, se volvió a escribir en esta oportunidad.
En la cancha hubo un solo equipo, fue Cuñapirú que llenó todos los espacios, que marcó, que tuvo creación en el medio y efectividad en el ataque en el momento preciso.
El equipo de Enrique de Bellis mostró algunas carencias importantes y errores que no se pueden justificar para un equipo que había logrado el titulo de la rueda clasificatoria.
A pesar de esa superioridad manifiesta desde la mitad del primer tiempo, los primeros cuarenta y cinco minutos finalizaron empatados sin goles.
Pero al minuto del complemento vino el tanto de apertura y luego el segundo del tricolor que se justificaba plenamente por lo visto en la cancha.
Luego Sarandí pretendió cambiar con los cambios efectuados pero nada sucedió y el partidos e fue consumiendo con la victoria del equipo de Wilson Guedes.
En el encuentro de fondo, muy parejo, la diferencia estuvo en el gol de penal logrado por Oriental.
No fue penal y Valentín Silveira lo transformó en gol.
Pocos minutos después hubo otro penal que, en esta oportunidad muy claro, que el árbitro no habia sancionado y lo termina cobrando a instancias del Asistente pero el mismo Silveira lo remató mal.
Uno a cero y zozobra para el azul que sin conformar ganó con un resultado altamente exagerado porque nacional no mereció perder por el esfuerzo, por el buen juego en el medio, por la seguridad en el fondo y su único error fue carecer de peso ofensivo.
También fue un error haber utilizado a Leonardo Machado durante todo el partido del sábado en Primera División lo que le privó haber jugado en la mañana de ayer, si hubiera estado en la cancha, otro hubiera sido el resultado.
