(Por Rosa Dutra) En diálogo con NORTE, el sociólogo Enrique Mazzei, Director de la Casa de la Universidad de Cerro Largo, con sede en Melo, se refirió al proyecto “Centro de Estudios de la Frontera”. El estudio que está haciendo está vinculado a Rivera, también tiene algunas publicaciones referidas a nuestro Departamento y a la frontera, e integra el área noreste de la Universidad de la República, junto con Tacuarembó y Rivera.
Desde sus estudios de investigación fronterizos trata de diluir un poco la homogeneidad existente en la frontera. La franja es muy distinta en lo rural y en lo urbano, como los encuentros binacionales que se hacen en Rivera-Livramento, Chuy-Chui, Aceguá-Acegua y Río Branco-Yaguarón, que estudia las diferencias sin negar la homogeneidad del territorio.
“Este encuentro fronterizo, que tiene su espacio rural y urbano, tiene sus diferencias de una ciudad uruguaya a otra brasileña. Creo que para hacer políticas binacionales hay que estudiar esas diferencias, porque la mejor manera de instalar las políticas en términos complementarios es ver lo que tiene una de mejor. Se tendrán que sumar experiencias distintas ya que todos no somos iguales y las políticas pueden fallar”, manifestó.
Los encuentros binacionales que se realizan son distintos, pero no se debe tener temor a las diferencias. Las políticas sociales muchas veces son muy complejas; las políticas uruguayas pueden tener algunas coincidencias con las políticas sociales brasileñas, pero en las fronteras se generan espacios, grupos objetivos de esas políticas, que también pueden ser diferencias.
Como ejemplo de experiencias de su investigación citó a la violencia doméstica. La violencia entre parejas se aborda en ambos países de forma distinta. “¿Qué pasa en Yaguarón con el tema y que pasa en Río Branco?”, se cuestionó. Hay colaboración o se está negando la ayuda en ciudades binacionales, por ello se debe estudiar e investigar lo que está sucediendo con la violencia doméstica.
En Uruguay, por ejemplo, regirá en breve la Ley de Cuidados para apoyar a la población, especialmente a los grupos más vulnerables: los niños, los discapacitados y los ancianos, para que estos se integren a la sociedad. En sus estudios dice que se debe tener cuidado, ya que Uruguay es un país unitario y Brasil un país federal. “En el espacio uruguayo hay más homogeneidad, porque el brasileño está subdividido en Estados. En nuestro país hay más centralización y esto genera situaciones muy complejas”.
Catalogó a los eventos binacionales como “muy protocolares”. Agregó que “hay que mirar más la realidad de estas zonas y poder generar sensibilidades. Que las políticas binacionales no vengan solamente de las capitales de ambos países, sino que hay que recuperar los espacios, que son la principal afectación de las políticas”.
Otro caso que citó como realidad de esta frontera, es el de niños abandonados, hijos de padres que viven en una de las ciudades fronterizas y ni siquiera son reconocidos como hijos. “Viven en condiciones de vulnerabilidad, por eso surgen los problemas de patria potestad, de delitos en familias y no se puede actuar, por ser realidades, soberanías y leyes distintas”, dijo.
Se preguntó qué bloqueos tienen las políticas sociales; para resolverlos se deben juntar uruguayos y brasileños para que, de alguna manera, se pueda reconstruir un área para que se puedan aplicar esas políticas con carácter social.
Las carreras binacionales que se implementan resultan complejas y tienen un camino largo a recorrer, porque muchas veces las filosofías educativas uruguayas no son iguales a las brasileñas, porque cuando quieren hacer intercambios las Administraciones se oponen.
Como ejemplo, está el tema de las reválidas, porque un título tiene que ser válido. No pueden existir los títulos truchos. Aunque hay mucho trabajo para hacer, la cercanía ayuda cuando se trata de profesionales, intelectuales o educadores que están con el sentido de ver un futuro positivo. Mazzei cree que “la integración hay que vivirla y armarla, no solo a nivel formal. Donde se conquistó bastante fue en el área de la salud, donde hay mucha colaboración fronteriza. Como cuando en un hospital uruguayo se atiende a brasileños”.
“Pero hay veces que la formalidad existe aún dentro del mismo Estado, cuando se quiere salvar una vida y no existen recursos de un lado, entonces no se aplica la formalidad. Todo eso hay que pensarlo para de alguna manera, hacer todo más flexible y ser más integracionista en materia de políticas”, finalizó.